8 de diciembre de 2014

TOC - Testimonio de un Obsesivo Compulsivo

Este relato viene con amor, responsabilidad, respeto hacia cada ser humano y su mundo, y confianza en que en nuestros corazones hay una luz más fuerte que las teorías, la información y los diagnósticos.


Cuando niña siempre tuve la idea de que algo no andaba bien, ¿por qué soy rara? Con frecuencia me hacía esta pregunta que me acompañó hasta mi juventud. Tenía la sensación de que en mi cabeza había algo más fuerte que yo, que de alguna forma me superaba, mi mente corría a 1000 por hora con pensamientos que yo no quería pensar, yo solo quería que se detuviera, pero generalmente no lo hacía. En esta lucha entre mi mente y yo, encontré una forma, una aparente salida, una conducta repetitiva que me brindaba al menos un poco de calma a la angustia que solía experimentar, el problema fue que en ocasiones esta compulsión me dejaba una huella física que con el tiempo se fue haciendo más y más difícil de ocultar. Por otro lado, era agotador porque esta práctica necesitaba ser solitaria y en secreto pero en algún punto, al menos en casa, era de conocimiento público “la manía” de la pequeña.

Ya en mi adolescencia, mi necesidad de ser socialmente aceptable jugó un papel muy importante, si seguía haciendo eso que estaba haciendo pensaba que terminaría mal, que las personas no me querrían al conocer lo horrible que era por hacer eso que hacía, me forzaba a dejar de hacerlo y a veces tenía éxito y a veces no; cuando finalmente lo logré, esos pensamientos que me siguieron acompañando –que fueron cambiando en su forma, que ya no eran los mismos– se tornaron aún más atormentadores. La “manía” durante mi adolescencia y juventud tuvo varias formas de manifestación que solían también ser solitarias y en privado, aunque en algunas ocasiones no lo fueron: verificaciones constantes de cosas que ya había hecho, actos de auto-injuria (tal vez como secuela de la primera manifestación), crisis de rabia y ansiedad, y trastornos de mi conducta alimentaria.

En algún punto a mis veintipocos pensé que de eso se trababa, neurótica o no, había llegado hasta donde había llegado, con una familia linda, con amigos, un buen trabajo, llegué a la conclusión de que no me podía quejar, que a más de uno le iba peor en la vida, y que mal que bien, yo estaba logrando cosas. A veces –sobre todo cuando me fue bien– quise olvidar eso que siempre fue verdad para mí; y eso, venía con más fuerza.
Hace prácticamente 11 años llegué a una experiencia llamada Insight, y un esbozo de cambio se manifestó, empecé a experimentar paz por períodos mucho más sostenidos de tiempo y la recaída era más breve, más intensa en un inicio, pero más breve. Adopté Insight como una forma de vida, empecé a tomar elecciones más conscientes, a practicar diversas herramientas que me asistían a estar más tranquila y me permitían experimentar mayores niveles de confianza conmigo. La clave de todas estas herramientas, la Consciencia. Y así, empecé a crear nuevos hábitos, con amor y compromiso.

Al poco tiempo de Insight, conocí MSIA, una organización cuyo objetivo es la trascendencia del alma, desde nuestra experiencia actual, aquí y ahora, cómo podemos las personas experimentar más del cielo en la tierra. Esta experiencia ha sido y es decisiva en mi trabajo personal y espiritual, y me ha asistido a sostener aquellos cambios que me han funcionado.

Finalmente descubrí a través de un gran amigo, las constelaciones sistémicas y más recursos se hicieron disponibles para mí, aprendí algo muy importante acerca de abrazarlo todo, absolutamente todo en mi vida.

Si vives con esta condición,  podrías decir: “bien ¿ y como se ve esto en la práctica” o “¿qué es lo que haces para manejarlo?”
  1. Aprendí a darme cuenta justamente cuando llegan estos pensamientos y a identificarlos.
  2. Aprendí a re-direccionar mi enfoque hacia lo positivo (trabajo con herramientas que me apoyan a re-direccionar estos impulsos internos hacia lo positivo: tales como afirmaciones y visualización creativa).
  3. Aprendí a respirar y a utilizar la respiración como un recurso para traerme presente, al aquí y ahora.
  4. Aprendo día a día a conectar con mi corazón, esta parte en la que simplemente Soy, ahí donde no hay obsesiones ni compulsiones, ahí donde simplemente puedo observar, ahí donde radican las respuestas y el amor (prácticas meditativas y mi relación con Dios).
  5. Aprendo día a día a utilizar el amor como una herramienta sagrada en mis interacciones (conmigo y con otros).
  6. Aprendí a aceptarme con todo lo que traigo, a aceptar mi historia, a aceptar lo que me gusta y lo que no me gusta y a ver la bendición oculta en lo que no me gusta.
  7. He aprendido que aquello que oculto, que aquello que no quiero ver, que aquello que niego, que aquello que olvido, hará lo que necesite hacer para volver a tener un lugar. Hoy abrazo mi pasado en gratitud por todo, absolutamente todo lo que he vivido. Hoy por ejemplo acepto y valoro mi afán por el control, la organización, la estructura y el trabajo; llevado a un extremo es doloroso, pero administrado de manera efectiva, me ha llevado a resultados verdaderamente satisfactorios en mi vida, hoy son recursos fantásticos que yo administro con responsabilidad día a día.
  8. Aprendo sobre la marcha a ser constante y comprometida.
  9. Agradezco por cada experiencia en mi vida.

Tal vez no pueda controlar lo que llega a mi mente, ni la energía con la que irrumpe, quien sabe y nunca lo haga, pero ahora puedo verlo y reconocerlo cuando llega, aceptar que está ahí y que vendrá de vez en cuando, ese es el momento clave donde hago el cambio internamente y aplico lo aprendido, lo miro y me muevo en otra dirección, con gratitud porque está ahí para que yo pueda seguir aprendiendo.


El aprendizaje no termina, los puntos detallados líneas arriba, son de aplicación diaria y constante. John Roger a quien admiro profundamente dijo “El precio de la libertad es la eterna vigilancia”; esto es verdad en mi vida, mantenerme consciente y en movimiento, haciendo más de lo que me funciona para Ser Libre y Feliz. Hoy puedo declarar que soy libre, feliz y vivo en PAZ.
Yo no fui diagnosticada, y si bien es cierto nunca quise hablar de esto por temor, hoy doy gracias por eso, por no haber sido etiquetada, por no haber sido clasificada. Mis padres siempre me trataron como a una persona normal y eso es lo que soy.

Este testimonio simplemente trae el mejor deseo de compartir más opciones, opciones que me funcionaron y que me funcionan. Hay mucha información al respecto de esta condición, es cierto, pero para que conformarnos; quiero decir, si te funciona lo que estás haciendo para trabajarlo, en buena hora! Pero si no estás satisfecho o conoces a alguien que no lo esté, pues aquí hay más opciones. Seguir buscando, ir por más, probar algo diferente, está siempre, siempre disponible. Gracias por leerme!!


13 de marzo de 2014

Nuestro amor

Esto es para ti, simplemente porque sí; nada de lo vivido y creado sería lo que es hoy, si no hubiéramos tomado esta elección, a todas luces para mí, la mejor elección de mi vida, recorrer nuestro camino juntos, con un propósito compartido y con mucho amor.
Te amo!!

http://www.youtube.com/watch?v=6iQLu3_UY5Q


28 de febrero de 2014

El amor verdaderamente mueve al mundo y el mundo lo ha olvidado

Es curioso, como todo, absolutamente todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos por amor y es más curioso aún, cómo tantas veces ni somos conscientes de esto.
Si piensas por un momento, en la razón que te impulsa a levantarte cada mañana y esforzarte por lograr tus resultados, después de muchas razones aparentes que puedas darte a ti mismo -como por ejemplo “porque debo cumplir con mi trabajo” o “para pagar las cuentas”-, si miras un poco más profundo, te podrás dar cuenta que esa magnífica razón de fondo es el amor.



Si aún no te convence esta declaración, permíteme hacerte esta pregunta: ¿Por qué tienes que ir a trabajar? Y quien sabe, puede ser por muchas razones, pero de seguro una de estas es porque quieres bienestar y abundancia para ti y para la gente que amas, tus hijos, tus padres, las personas en tu vida. En esta línea también va el pago de tus cuentas, probablemente quieras estar bien, sin problemas, tener tus cosas, vivir tranquilo, darte un gusto, proveer a tu familia con una buena calidad de vida ¿No será que esto también lo haces por amor?.

¿Has observado a los bebes y a los niños pequeños? Ellos verdaderamente hacen todo por amor, a sí mismos principalmente y luego de estar satisfechos van hacia afuera a compartir con otros; se mueven por la vida con absoluta autenticidad, en contacto con su esencia, con eso que algunos llamamos “el corazón”. Pasa luego que el mundo, en su inconsciencia, al no recordar que todos somos amor, nos empieza a enseñar otras formas de manifestarnos en él y surgen comportamientos que nos brindan una supuesta seguridad y protección, justamente para participar a salvo en el mundo (competitividad, hermetismo, defensividad, intolerancia, etc.) y aunque no lo parezca, esto lo hacemos también por amor.



Para volver a nuestra manifestación más auténtica es necesario mirar hacia adentro y empezar a crear internamente aquello que queremos experimentar. Si quiero un entorno más afectivo, empezaré entonces por crear un ambiente interno más afectivo, yo conmigo, desde los mensajes que me doy, hasta el cuidado y tiempo que me dedico en las cosas más básicas de mi día a día. Si quiero ser escuchada, empezaré entonces por escucharme a mí misma y escuchar a otros. Es más sencillo de lo que parece, si quieres un abrazo, da un abrazo. Nuestra manifestación más auténtica es el amor. Si tienes niños cerca apóyate en ellos para reaprender, son excelentes maestros del amor, primero se aman a sí mismos y luego van y lo comparten, dan de aquello que tienen. Si tienes niños cerca apóyalos también siendo más como ellos, déjalos que te vean ser Tú, de esta forma se mantendrán presentes con esa manifestación natural y no habrá sistema que los atrape o confunda, porque ellos sabrán quiénes son.



El mundo no recuerda que el amor lo mueve porque ha sido cubierto por siglos de guerras, injusticias, sacrificios; pero si le damos al mundo más de aquello que hoy no logra reconocer, podremos volverlo también a su propia esencia. Y recuerda esto, mientras más dones pongas en el mundo, más dones compartirá del mundo contigo. El mundo empieza en cada ser humano, desde sí mismo, desde casa, desde el corazón.

Yo tengo una creencia, puede que no siempre seamos conscientes de las bendiciones manifiestas, aún así, las bendiciones ya existen!!
Gracias por permitirme poner un cachito de amor en el mundo.